domingo, 5 de abril de 2009

Una historia para mis niños


Hace muchos, muchos años, en una ciudad llena de edificios, autos y mucha gente en las calles habían unas amigas, Elisa y Alejandra, que tenían un sueño muy lindo... ser profesoras y enseñarles a los niños cosas hermosas, como a leer, escribir, cantar, pero sobretodo... a soñar y ser felices.
Ellas cumplieron su anhelo, después de estudiar en un colegio grande, lleno de árboles y jardines floridos, durante muchos años viéndose todos los días, pasando recreos juntas y haciendo maldades también, egresaron de esta escuela y se fueron a trabajar, con los niños... No quedaba mucho tiempo al parecer, estas amigas dejaron de verse, cada una cumplía su sueño por separado, los niños y niñas eran muy felices a su lado y aprendían cosas interesantes. Tuvieron hijos, crecía su familia, pasaron los años...
Siempre estaban cerca de encontrarse, un día Elisa casi llamó a Alejandra pero se arrepintió, pensó que estaría ocupada. En otra oportunidad Alejandra pasó por fuera de la casa de Elisa y casi entra a verla, pero se dijo ¿Y si ya no vive acá?, o... ¿Si no se acuerda de mi?... todos esos temores le hicieron decidir seguir su camino.
Alejandra al paso de los años dejó la ciudad donde había vivido y crecido y se fue muy, muy lejos, al norte del país, se despidió de mucha gente, dejó sueños, tiempos hermosos, amigos y recuerdos, de Elisa no supo más ni le contó del viaje que haría.
En este nuevo lugar, al que llegaría, tendría, con mucha esperanza, una vida más tranquila, un ambiente más sano y mayores posibilidades de conocer a otros niños con los que también podría jugar, reir, cantar y enseñarles algunas cosas divertidas.
Cierto día Alejandra viajó a la ciudad donde había crecido y se encontró con Elisa, conversaron mucho rato, horas que pasaron rápidamente (así sucede cuando la gente está contenta) pero tuvieron que despedirse, la Ale tenía que volver a la ciudad nueva en la que ahora vivía y donde sus pequeñas hijas la esperaban.
Un día, no cualquier día, el día de su cumpleaños, Alejandra dormía muy tranquila cuando su teléfono sonó, era muuuuy temprano y la curiosidad la hizo contestar. Era su amiga Elisa que quisó ser la primera (como siempre lo hacía cuando estudiaban) en saludarla y cantarle cumpleaños feliz, esto puso muy contenta a Alejandra, quien no quiso esperar para contar esta historia.

Es un poco de mi vida, los quiero mucho, extraño a veces a toda mi familia y amigos que viven lejos, pero mis hijas, padres, amigos y ustedes, mis niños y niñas, son quienes se encargan de hacer mis días más felices. Gracias por estar aquí.

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